Artista
Guillermo Caro (Santiago, 1979)
Curatoría
Esteban Córdova.
Reflexión curatorial de: Manuel Díaz Glaves.
Morriña, presentación de Manuel Díaz Glaves
Cuando nos adentramos en la obra y traspasamos sus puertas visibles, nos adentramos y salimos de habitaciones que nos envuelven en un mundo de memoria, nostalgia, ausencia y presencia, en donde el tiempo se transforma en un eco de un suspiro perdido y en donde el aliento crea las imágenes que se revelan como una fotografía, exponiendo sentimientos que habitan el pensamiento de quien lleva en sí un anhelo, tan antiguo como la tierra misma, es ahí donde surge la morriña.
La morriña inicia en un espacio difuso, pero extenso, en donde se visualiza el camino de cada persona. Muchas veces puede ser un andar sin destino, como una hoja en el viento, otras con objetivo claro, como la trayectoria de una flecha, pero lo cierto es que en ambos casos siempre se está buscando algo y en esa huella es en donde aparecen las luces y las sombras, los colores oscuros y contrastes con otros intensos para fijar la mirada en ellos, así la obra nos encamina en el paso de la nostalgia.
A lo largo de las escenas de este recorrido, las imágenes se pixelan como si fueran ecos visuales de un recuerdo persistente, evocando un grito contenido, un lamento silente que trasciende, siendo también un testimonio del nexo con lo real entre el cuerpo y el alma, entre lo presente y lo pasado, y ¿por qué no?, del futuro.
Pero no todo es desarraigo y desolación, también esto significa una búsqueda, y siempre ese proceso es interesante. Es ahí donde nacen las ideas y las percepciones, es ahí donde nacen las decisiones y el impulso por crear, como en este caso, donde la lógica se vuelve fluida y las imágenes se superponen como papeles apilados de los sueños compartidos para que el espectador se sumerja en un caudal de recuerdos perdidos que palpitan en la cercanía.
Después de revisar esta obra, la invitación es a reflexionar más allá de la imagen, dar un paso más, adentrarse en el reflejo tenue que nos deja la morriña, y pensar en ella como un abrazo que se suelta y aprieta.
Esta serie de obras no es solo un trabajo ilustrado que pueda presentar brotes nostálgicos, sino que es parte de la vanguardia de lo contemporáneo. El uso de IA para el desarrollo y elaboración de obras artísticas es un camino con el cual experimentar más que rechazar, así como lo fueron la fotografía y el video en su tiempo.
Manuel Díaz Glaves, Santiago de Chile 2025