Entrevista:

Revista Suyai TV

Una conversación con un artista o figura cultural donde buscamos profundizar en aspectos de su obra, vida y/o proceso creativo.

Entrevista:

Revista Suyai TV

Una conversación con un artista o figura cultural donde buscamos profundizar en aspectos de su obra, vida y/o proceso creativo.

Arte en Movimiento: la expansión multidisciplinaria de Caro Bloj

Una entrevista de: Suyai TV. 17/11/2025

La artista y cineasta chilena Caro Bloj despliega su obra entre esculturas que respiran, videos que se desbordan y territorios que la transforman. Desde Roma hasta los fiordos del sur, su práctica une agua, memoria y movimiento en instalaciones que invitan a tocar, escuchar y recordar. En esta conversación, nos adentramos en su nuevo ciclo creativo y en las tensiones que definen su universo artístico.

Tienes una trayectoria de más de veinte años trabajando entre escultura cerámica, pintura, video montaje, cine documental y arte instalación. ¿Cómo ha cambiado la relación entre estos medios en tu práctica desde tus primeros proyectos hasta obras recientes como Sincronía?

En mis primeras exposiciones y ciclos documentales —porque mi trabajo se organiza justamente en ciclos que articulan distintas disciplinas— cada medio estaba más delimitado. La escultura, el video, la pintura o el documental ocupaban espacios separados, cada uno “donde le correspondía”. Con el tiempo, esa compartimentación se fue desdibujando y hoy las disciplinas tienden a fusionarse de manera mucho más orgánica.

Por ejemplo, en la película que estoy trabajando actualmente aparecen mis esculturas; y en las video­instalaciones de galería conviven el video, las esculturas, el dibujo e incluso el dibujo directo sobre el muro, que antes solía realizar sólo sobre papel o tela. También he incorporado el sonido a las video­instalaciones, algo que antes reservaba exclusivamente al trabajo cinematográfico.

Siento que ahora se conforma un cuerpo de obra más integral, donde es natural que todos estos lenguajes se entrelacen. Incluso los textos, que antes vivían únicamente en libros, hoy aparecen escritos en los muros o integrados dentro de las propias piezas. En el proyecto que estoy desarrollando en Italia, por ejemplo, creé un rollo de papel con dos manivelas por donde circula una serie de dibujos acompañados de un texto que los unifica. Es una especie de película hecha en papel, una cinta que mezcla imagen y escritura y que sintetiza esta convergencia de medios que caracteriza mi práctica actual.

Muchas de tus obras tensan lo tangible (escultura, cerámica, emplazamientos físicos) con lo intangible (imagen en movimiento, memoria, narrativas sonoras). ¿Cómo administras esa tensión, especialmente en la exhibición: lo que se ve, lo que se escucha, lo que se recuerda?

En esta propuesta multidisciplinaria puedo potenciar distintos sentidos, de una manera similar al cine —donde imagen y sonido construyen una experiencia inmersiva—, pero sumando además la presencia física del cuerpo en desplazamiento por el espacio. Ese movimiento hace que el público se encuentre con esculturas de tamaño natural que, por su escala y actitud, generan un diálogo directo con quien las rodea. Hay una dimensión táctil: puedes tocar las esculturas en gres, sumergir la mano en el “espejo” de agua y romper su reflejo, o incluso intervenir la proyección con tu propia sombra sobre el muro.

Todos estos elementos configuran una narrativa abierta, activada por videos en loop que se intercalan y se vinculan entre sí de maneras diversas. Así, cada persona que entra en la instalación construye su propia experiencia sensorial y emocional, distinta cada vez.

Has desarrollado un camino internacional a través de estudios y residencias. ¿Cómo han impactado esas experiencias en tu manera de pensar el arte y en tu vínculo con Chile y América Latina?

La distancia entrega perspectiva, y las residencias han sido fundamentales para trabajar con foco total en el proceso creativo. Pero lo más enriquecedor para mí es conectarme con las comunidades y los territorios donde investigo: aprender, incorporar, traducir y finalmente expresar.

Este nuevo ciclo documental que estoy iniciando me ha llevado nuevamente a Europa, y la experiencia de habitar capas históricas tan tangibles como las de Roma ha sido profundamente sobrecogedora. Al mismo tiempo, me hace pensar en nuestras propias historias y en cómo nuestras raíces, aunque distintas, muchas veces se entrelazan.

Como mencioné en Bolivia, me siento más próxima a una identidad latinoamericana que exclusivamente chilena. Por eso también considero esencial realizar residencias en nuestros territorios: geografías poderosas que nos esculpen y definen. Tengo el deseo de explorar las vasijas de Oaxaca, las cordilleras colombianas y el mar que penetra los fiordos. Hay mucho por recorrer. Siento que estoy en un camino que se despliega paso a paso, y esa sensación me da confianza.

Actualmente te encuentras en una residencia artística en Italia.
– ¿Qué significa para ti este momento en tu trayectoria? ¿Qué aprendizajes o búsquedas te abre trabajar en ese contexto europeo, y cómo imaginas que esta experiencia se reflejará en tus próximos proyectos en escultura y cine?

En Italia estoy desarrollando intervenciones site-specific a partir de registros previos que dialogan con imágenes filmadas en el lugar. Un ejemplo es el antiguo lavatoio, un espacio centenario donde nunca ha dejado de correr el agua y donde antiguamente las mujeres lavaban la ropa. Lo trabajé como un espejo líquido: sus reflejos, sus movimientos y la carga simbólica del acto de verter en el agua el peso que se lleva encima.

Para esta intervención adapté tres videos ya preparados e incorporé un registro realizado in situ, donde cargo sobre mi cabeza una conca de agua de cobre y luego la descargo, siguiendo el mito sobre el origen del río Aniene. Lo que más me interesó fue tender puentes invisibles entre imaginarios latinoamericanos e italianos, ambos marcados por la creencia popular y por culturas que modelan una visión del mundo: la creación de los ríos, la carga de las mujeres, la presencia de la diosa, la simbología y el poder del agua.

Este modo de trabajo me abre nuevas posibilidades internacionales, y me resulta especialmente significativo percibir cómo mi mirada latinoamericana se fortalece al leer otros territorios desde mi propia identidad. Actualmente estoy investigando la búsqueda de lo sagrado que surge tras el desarraigo. Estas intervenciones, y las que vendrán, se entretejen formando un mapa de territorios que dará forma a mi próxima película: Ilê Aiyê.

Muchas gracias por compartir tu experiencia y visión; tu recorrido evidencia cómo el arte puede tender puentes entre territorios, memorias y lenguajes, proyectando lo local hacia lo global.

Este reportaje se publica como un aporte al debate y el intercambio democratico de ideas.
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